Instructores de vivencias en positivo
Tomar una decisión es el primer paso imprescindible para obtener un resultado; pero no es, ni mucho menos, suficiente. Hay que pasar a la acción.
Tu cerebro suele funcionar de la siguiente forma: tienes una creencia, que puede ser positiva o negativa; gestionas la emoción que te provoca dicha creencia; y, finalmente, tomas una decisión al respecto.
Pero no debería de acabar todo ahí.
Ya te he hablado largo y tendido acerca de las creencias en otros episodios de este podcast. Y de cómo pueden empoderarnos o limitarnos.
Estoy segura de que a lo largo de estos meses has sido capaz de romper algunas de esas creencias que te estaban limitando; sin embargo, existen otras que aún no has podido vencer.
Todas esas creencias se han venido forjando en nuestro cerebro por distintos factores: herencias de nuestros padres, frases repetidas hasta la saciedad en nuestro entorno…
La parte buena es que las creencias son susceptibles de ser modificadas y seguro que ya tienes experiencias en tu pasado al respecto.
Pero, mientras tanto, esas creencias que albergas en tu interior tienen el poder de generarte emociones de diverso tipo. Por ejemplo, son capaces de producirte ansiedad.
Incluso, en ocasiones, las emociones generadas por creencias pueden ser tan potentes que llegan a estallar como una olla exprés.
Por eso es tan importante detenerlas antes de que puedan causar un daño de costosa reparación.
Podemos modificar nuestras creencias y, con ello, modificar nuestras emociones. A pesar del miedo.
Entonces, si con tomar una decisión no basta, ¿cuál es siguiente paso?
Supongo que lo habrás adivinado. Efectivamente: hay que pasar a la acción. Porque sin acción no pasa nada.
Los resultados son más fáciles de obtener cuanto menor es el tiempo que pasa desde que tomas una decisión hasta pasas a la acción, aunque tan sólo sea dar el primer paso.
Y, si el pasar a la acción conlleva algún tipo de pago económico, mejor que mejor. Porque será la manera de reflejar tu compromiso verdadero.
Ya me habéis oído decir en millones de ocasiones lo de “mejor hecho que perfecto”.
Y es que hay muchas personas que se esconden detrás de una pretendida búsqueda de la perfección para no tener que asumir la responsabilidad de tomar acción.
El paso a la acción marca la diferencia y, pase lo que pase a continuación, te otorga el éxito. Porque, cuando no haces nada, te quedas instalado en el fracaso.
Cuando pasas a la acción, cambias de posición y, desde tu nueva perspectiva, puedes vislumbrar nuevas opciones que antes no veías y cuál debe de ser tu siguiente paso.
Otra de las cosas que te recomiendo es que tengas una sala de trofeos donde vayas guardando los recuerdos de todos esos pasos que diste; de todas esas veces que a una decisión le siguió un paso adelante.
Tenlos muy presentes para que puedas recordar cuál es el camino de cara a futuras ocasiones.
Nunca te olvides que debes pasar a la acción.
Mejor hecho que perfecto.
Será un placer acompañarte desde la Tribu “INVIVEN”. Recuerda que, si no quieres conformarte con las migajas, puedes matricularte en la formación online “INVIVEN “(Instructores de Vivencias en Positivo) que cuenta con el aval de la Universidad Europea Miguel de Cervantes.
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