Inviven

Muchas veces nos han contado que nuestra vida debe ser como esas postales de cielos azules y despejados, sin una nube en el horizonte. 

LAS TORMENTAS SON PARTE DE LA VIDA

Pero, en el fondo, sabemos que no siempre va a ser así y que tendremos que atravesar muchas tormentas a lo largo de los días que nos queden por vivir.

Tenemos que asumir que así será: que en ocasiones tendremos que lidiar con rayos y diluvios parecidos al universal. 

Las tormentas de nuestra vida, además, son oportunidades únicas para hacer aprendizajes valiosos.

Piensa por un momento en la última tormenta que has tenido en tu vida. 

Con tormenta no me refiero únicamente a discusiones con tu pareja o familiares, sino también a esos momentos en los que tu Pepito Grillo interior te decía que qué era eso de pensar en grande y perseguir tus sueños…con la que está cayendo.

CAZADORES DE TORMENTAS

Las tormentas, cuando asoman por nuestra vida, suelen traer un “para qué” detrás. Sólo que no siempre somos capaces de verlo.

Incluso, muchas veces no nos damos cuenta de la propia tormenta porque hemos decidido bajar todas las persianas y meternos debajo de una manta con los ojos cerrados…no hay peor ciego que el que no quiere ver.

Yo te propongo que, lejos de adoptar esa postura negacionista, te atrevas a ir a buscar lo que encierran las tormentas de tu vida en cuanto asomen sus patitas.

En el fondo, puede que acabes chorreando agua pero…es sólo agua; y tus miedos, sólo miedos y pueden tener solución si das un paso al frente.

Cuando tomas decisiones, los cambios ocurren. Ese es el pequeño detalle que todo lo cambia. Y está sólo en tus manos.

PASAR A LA ACCIÓN

Para pasar a la acción hay que mojarse y empaparse dentro de la tormenta. No vale con ver las gotas resbalar ante tus ojos pero detrás de un cristal.

Y no te preocupes si no sabes qué botas ponerte o no tienes claro el color del chubasquero que mejor combina con tu paraguas. Ya habrá alguien, un mentor o un terapeuta, que te ayude con eso.

Pero tienes que mojarte. Por mucho que te asesoren los demás, si no pasas a la acción no va a pasar nada y el cambio no se va a materializar; otra tormenta que pasa de largo sin apenas salpicarte.

Me encanta la vertiente que tenemos los mentores de dar permisos para soñar a nuestros mentorizados. Es algo único y difícil de explicar con palabras.

No adelantes emociones por las experiencias previas que hayas vivido durante otras tormentas. Cada una es única y te puede aportar cosas únicas a tu vida. 

Podemos cambiar y cambiar nuestras creencias. Para ello, nada mejor que adentrarte en tus tormentas. A veces hay que poner la vida patas arriba para poder descubrir lo que se quiere y el camino a seguir.