Instructores de vivencias en positivo
Las emociones negativas van a ser tus enemigos. Te roban la fuerza y la energía vital. Pueden ser capaces de joderte la vida más de lo que imaginas.
Esta especie de “escuadrón suicida” emocional está compuesto por: el miedo, la autocompasión, la envidia, los celos, los sentimientos de inferioridad y la ira.
Si reconocemos e identificamos los factores de los que se valen para presentarse en nuestra vida, podremos hacer que desaparezcan y sustituirlos por otras emociones más positivas: amor, paz, alegría y entusiasmo.
Justificación. La llama de la negatividad se mantiene encendida por la justificación. Ante ti y ante los demás. Si te limitas a expresar y buscar las causas de tus sentimientos negativos, sólo conseguirás que se queden a vivir en tu interior.
Para contrarrestar la justificación debemos asumir las situaciones, normalizarlas y buscar soluciones.
Racionalización. Consiste en dar una explicación socialmente aceptable a un hecho que, de otra forma, resultaría inaceptable. Es una búsqueda de sentido para minimizar el descontento.
La excusa puede hacer que la explicación suene bien pero, en el fondo, te estás posicionando en un rol de víctima, en inferioridad.
Preocupación excesiva. Las preocupaciones son como gasolina para la llama de la negatividad. En estos casos deberías elevarte por encima de las opiniones de los demás.
Cuando prestas demasiada atención a las opiniones de los demás y éstas son negativas, la ira y el complejo de inferioridad pueden invadirte y sumirte en un estado de depresión.
La única opinión válida debería de ser la nuestra. La de los demás no son más que subjetividades con un gran potencial de hacernos daño.
Esto implica que no deberíamos obsesionarnos con conseguir el respeto de los demás sino que luchemos por mantener el respeto por nosotros mismos.
Culpabilización. La culpa ajena va a ser como el tronco del que “cuelgan” todas las emociones negativas. Si arrancamos ese tronco, todas las emociones negativas van a desaparecer de inmediato.
Cambiemos la culpa de los demás por nuestra propia responsabilidad. Con lo que el antídoto es fácil, basta con decirte: “yo soy el responsable” de tal situación.
Al aceptar tu responsabilidad, produces un cortocircuito sobre cualquier emoción negativa que te ronde y comienzas a marcar metas para conseguir lo que quieres.
¿Cómo podemos combatir estos factores sustentadores de las emociones negativas?
Lo primero es ser conscientes de que están ahí.
Si sientes que te justificas sin darte muchas veces cuenta, puedes pedirles a tus amigos que te avisen de alguna manera cada vez que lo hagas.
Lo mismo podrías hacer con la tendencia a racionalizar.
Las opiniones de los demás pueden serles útiles a ellos, pero no tienen que resultarte útiles a ti. Yo utilizo una frase para estas ocasiones: “gracias por lo que piensas. Sé que lo haces porque me quieres. No obstante, lo pensaré y haré lo que considere más oportuno”.
Rooselvelt decía que “nadie puede hacer que te sientas inferior sin tu consentimiento”. Que viene a ser parecido a lo de “nadie puede hacerte daño si tú no quieres”. Recuerdas que ya te hablé de ello. Te dejo un enlace: INVIVEN 1×19. Nadie puede hacerte daño si tú no quieres.
Tampoco guardes rencor. El rencor, y el malestar que genera, sólo lo sientes tú, no la persona a la que se lo guardas.
¿Qué te parece si, la siguiente vez que te equivoques en algo, en lugar de justificarte o poner excusas, no dices tan sólo “lo siento”?
Elimina los cuatro factores de la negatividad y conseguirás tener el éxito y felicidad que ansías.
Será un placer acompañarte desde la Tribu “INVIVEN”. Recuerda que, si no quieres conformarte con las migajas, puedes matricularte en la formación online “INVIVEN “(Instructores de Vivencias en Positivo) que cuenta con el aval de la Universidad Europea Miguel de Cervantes.
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