Instructores de vivencias en positivo
El que puede cambiar sus pensamientos puede cambiar su destino.
Te prometo que quiero ser una competente inconsciente. Ya sé lo estás pensando en estos momentos: “un poco inconsciente ya eres, Rosa”.
Hoy vamos a trabajar con las creencias que tenemos acerca de nuestra incompetencia. La primera pregunta que te quiero lanzarte es: “¿Crees que naces aprendido o que vas aprendiendo poco a poco a lo largo del camino de tu vida?”.
En ocasiones admiramos a alguien a causa de sus destrezas. Y sin querer, lo que comienza con admiración termina en comparación.
La actitud que tomes ante una comparación de este tipo, va a hablar mucho sobre qué clase de persona eres.
Te ves pequeñito en la comparación y te anulas. Surge esa voz tan odiosa desde dentro de tu cabeza que se dedica a machacarte: “no puedes”, “no vales”, “no lo vas conseguir nunca”… Frases que no permitirías que te dijera ninguno de tus amigos y que, sin embargo, le permites al que debería ser el mejor de ellos: tú mismo.
Criticar a la persona con la que estableces la comparativa, sin mucha base o criterio; criticar por criticar para que, al rebajarle la categoría, te sientas más cerca de su nivel. Es una forma muy peligrosa porque te niegas a ver tus propias incompetencias. Sin embargo, el tiempo va a poner a cada uno en su lugar y el tuyo va quedar en una posición muy baja.
Por eso, si la persona que está siendo criticada eres tú, tranquilidad: el número de “trolles” y “haters” son una buena medida de tu éxito.
Aprendizaje a través de una admiración genuina. Que seas capaz de darlo todo a la hora de aprender de esa persona. Esto te permitirá seguir creciendo y escalando. El aprendizaje se debe a tu motivación interna: a las ganas que tengas de aprender, a tu curiosidad.
Si eres del tercer grupo y tu curiosidad y ganas de aprender no conocen límites, estás de enhorabuena: hoy en día podemos disponer de todo el conocimiento que queramos a un sólo “click” de distancia.
Dentro de su teoría sobre la motivación humana, Maslow distinguía cuatro etapas en el aprendizaje. Si te parece, vamos a repasarlas:
Incompetente inconsciente. Quiere decir que no sabes que no sabes sobre algo. Es decir, desconoces sobre un tema pero ni siquiera eres consciente de tu ignorancia sobre él. Dentro de esta ignorancia, mucha gente encuentra la felicidad. Porque no sabe lo que se está perdiendo.
Incompetente consciente. Empiezas a tener claro que no tienes ni idea. Sabes que no sabes, aunque todavía no sabes qué hacer para remediarlo.
Competente consciente. Asumes que sabes cosas pero tienes que pensarlo, tienes que hacer consciente las cosas que quieres realizar.
Competente inconsciente. Sabes hacer las cosas pero sin tener que pensarlas: tu cuerpo las hace de una forma natural y automática.
Podemos entenderlo mejor si ponemos el ejemplo de conducir.
Hay gente que no sabe conducir y no quiere aprender. Porque tiene quien le lleve o porque prefiere utilizar otro tipo de transporte. Esos serían los incompetentes inconscientes.
Cuando percibes que necesitas más libertad de movimiento y que, conseguirla pasa por aprender a conducir, pasas a la fase de incompetencia consciente. Aún no sabes conducir pero ya eres consciente de que quieres aprender.
Tras aprobar el examen y obtener tu licencia, empiezas a conducir. Al principio, tu capacidad para conducir pasa por que tengas tu conciencia plena en el acto. Eres competente consciente.
Con el paso del tiempo, y gracias a la práctica, llega un punto en el que conduces de una forma mecánica sin que tengas que poner toda tu atención en ello. Puedes ir manteniendo una conversación, escuchando música, etc. Te has convertido en un competente inconsciente.
Hay muchas cosas en la vida que hacemos sin necesidad de pensarlas. De hecho, cuando empezamos en pesar en ellas es cuando aparecen los problemas: miedos, gatillazos, vaginismo…
Por eso es tan importante que te plantees ser un competente inconsciente. Dependerá de las ganas que tengas de invertir tu tiempo en ti. Porque es lo que al final cuenta: cada minuto que bloqueas para dedicárselo a tu crecimiento personal.
Ya sabes que sin acción no existe nada. Absolutamente nada. Piensa si te vas a comprometerte de verdad a dar ese primer paso y asumir que la única salida es alcanzar esa competencia inconsciente. O, por el contrario, te quedas como estás pero dejas de quejarte.
Ójala te des cuenta de todas tus incompetencias inconscientes para que puedas emprender el camino hacia la competencia inconsciente en cada una de ellas.
Será un placer acompañarte desde la Tribu “INVIVEN”. Recuerda que, si no quieres conformarte con las migajas, puedes matricularte en la formación online “INVIVEN “(Instructores de Vivencias en Positivo) que cuenta con el aval de la Universidad Europea Miguel de Cervantes.
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