Instructores de vivencias en positivo
Hoy vamos a plantear una cuestión un poco espinosa: ¿hasta qué punto es bueno utilizar un poco de egoísmo?
La saturación emocional es una circunstancia con la que todos estamos familiarizados de una forma u otra: la hemos sufrido en primer persona o nuestros seres más queridos y cercanos nos lo han referido.
Hay veces que todos los problemas del mundo parecen aliarse en tu contra (pareja, familia, economía, etc) y sientes que no puedes más y te falta el aire.
Cuando uno atraviesa circunstancias como esas, a menudo tiene la tentación de culpar al resto del mundo sin atreverse a asumir su responsabilidad propia.
La realidad es que la responsabilidad es única y exclusivamente de cada uno. Punto.
Puede que no hayas aprendido a decir que no, que no estés sabiendo cómo delegar, que estés dedicándote a cuidar más al resto que a ti. Lo que sea.
Hoy te traigo a colación el concepto de “egoísta solidario”. Se basa en algo muy sencillo de entender: “no puedes conseguir que nadie esté bien si tú no estás bien primero”.
Puede ser que pienses que tienes muchas personas que dependen de ti. Pero piensa por un momento: esas personas no están viviendo, sólo sobreviven. Y, si tu cayeses, ¿qué pasaría con ellas?
La realidad es que tú no debes de ser el centro absolutamente de todo. Lo siento, no tan seas ególatra; las cosas no dependen tanto de ti. Tienes que dejar que los demás ocupen su puesto y asuman su parte de responsabilidad. Pasa mucho con los hijos: cuesta cortar el cordón umbilical y ellos nunca van a dar ese paso. Tienes que ser tú quien pegue el corte.
Cuando una persona no ha aprendido a poner límites, va a entregar todo lo que los demás le pidan. Cada vez un poco más. Hasta que ya no pueda más.
Y, como el egoísmo tiene tan mala prensa, piensa que debe seguir cediendo y dando un poco más cada vez. Pero esa falta de egoísmo tiene su reverso de la moneda: al darlo todo por otra persona no le permites que haga las cosas por sí mismo. Es meterse en un círculo vicioso muy peligroso.
Cuidado con permitir que los ladrones de tiempo campen a sus anchas a nuestro alrededor. Nunca tendrán suficiente y, si se lo permites, te dejarán sin un minuto para dedicarlo a tu cuidado personal: un rato de silencio para pensar, un buen libro, una caña…
El asunto puede llegar a ser muy grave: personas que terminan dándose cuenta demasiado tarde de todo el tiempo que han dedicado a cuidar de los padres, de los hijos, de la pareja, de esa amiga y hasta del vecino si me apuras. Son las eternas cuidadoras (uso el femenino porque se da más frecuentemente en este sexo). Nunca se han permitido el egoísmo solidario y al final se arrepienten.
¿Qué puedes hacer si te está pasado algo parecido, si ya no aguantas más el tener que quedarte en un segundo o tercer plano para cuidar de tu pareja o de tus hijos?
Lo primero, y lo más importante, es romper por lo sano y empezar a quererte un poquito más y mejor.
Si tú te quieres más, automáticamente te cuidarás más. Y, por lo tanto, tendrás mayor capacidad para cuidar de los demás. En esto se basa el egoísmo solidario.
Para un momento, respira con profundidad y pide ayuda. Puede que pienses que no la necesitas pero es una ilusión generada por el propio síntoma: forma parte del círculo vicioso que quieres romper, por lo que pide ayuda.
Puede ser que a ti no te esté pasando pero que conozcas a alguien que está atravesando por una situación similar a la que te he descrito. Si es así, puedes ayudarla. Y debes, si aprecias a esa persona.
Invítalo a que escuche este podcast; anímalo a que busque la ayuda de un profesional que empatice y pueda ofrecerle soluciones; acompáñalo en el proceso y, si hace falta, oblígalo a que busque la ayuda que necesita.
Por último, te recomiendo que aprendas a poner límites antes de llegar a una situación parecida. Es algo que se puede aprender a gestionar y que te ahorrará muchos quebraderos de cabeza en el futuro. No tengas miedo a ejercer el egoísmo solidario.
Si no sabes cómo hacerlo o por dónde empezar, me puedes escribir a rosa@rosamontana.com y te ayudaré.
Será un placer acompañarte desde la Tribu “INVIVEN”. Recuerda que, si no quieres conformarte con las migajas, puedes matricularte en la formación online “INVIVEN “(Instructores de Vivencias en Positivo) que cuenta con el aval de la Universidad Europea Miguel de Cervantes.
Muchísimas gracias por estar ahí. Si te ha gustado, me encantará que des al “me gusta” y que te suscribas al canal para que no te pierdas ninguna novedad.
Muchas gracias por compartir y recomendar este podcast y nuestras formaciones a todos aquellos a quienes creas que puede ayudarles.
No olvides que puedes encontrarme en www.rosamontana.com o en rosa@rosamontana.com
Y no te olvides pasarte por la Academia Rosa Montaña: mi portal de formación online donde encontrarás lo que necesitas para actualizarte hasta tu mejor versión en tu desarrollo personal y de pareja.
También en el podcast “Lo que siempre quisiste saber”, donde hablamos de sexo y de relaciones de pareja sin pelos en la lengua.
Muchas gracias.