Inviven

En un mundo en que la mayoría de cosas se tergiversan y en el que la parte “offline” y la parte “online” se mezclan demasiado, sería bueno que te preguntaras qué tipos de vidas tienes y cómo las distribuyes en el tiempo.

Podemos dividir nuestra vida en tres partes: una pública, una privada y una secreta.

LA VIDA PÚBLICA

La vida pública es la que mostramos y la que queremos que los demás vean. Nuestro escaparate. En muchas ocasiones no nos mostramos nosotros mismos en esta vida, sino lo que los demás esperan ver de nosotros. 

Lo que queremos es que alguien nos compre, por lo que, para vendernos, nos convertimos en un personaje o arquetipo.

Puedes argüir que tú no eres vendedor o vendedora y que no te gusta vender. Da igual: todo el mundo se vende. Bien sea ante su pareja, su jefe, sus amigos o sus familiares…

Por eso hay que tener mucho cuidado con fiarnos de alguien sólo porque tenga un escaparate bonito o que nos llame la atención. Sobre todo en el mundo “online”.

Por si no lo sabías ya, tus amigos de “Facebook” no son tus amigos. Punto. Tus seguidores en “Instagram” no son tus amigos, así de simple. Puede que se interesen por lo que haces, pero no son tus amigos.

Tus amigos son los que llevas a tu vida privada. 

Y es que, en ocasiones y de una manera temeraria, exponemos demasiado la parte pública de nuestra vida sin pensar en que sus consecuencias pueden acarrearnos demasiado daño y sufrimiento.

LA VIDA PRIVADA

En la vida privada limitas mucho lo que quieres que un determinado número de personas conozcan sobre ti. Sueles incluir en este grupo a los miembros más cercanos de tu familia y a aquellos amigos con los que consideras que puedes, tanto reír como llorar.

Es un lugar donde compartir la parte más vulnerable de tu ser. Aunque esta característica no tiene que ser recíproca: hay personas que necesitan una mayor cantidad de tiempo y confianza para abrirse que otras. 

En la vida privada ya no quieres venderte, sino que, lo que quieres, es que te compren. Y es que no es lo mismo: cuando vendes, te estás exponiendo; mientras que, cuando te quieren comprar, las personas quieren estar cerca de ti para que les pasen cosas buenas.

LA VIDA SECRETA

La vida secreta es la trastienda que guardas para ti y, como mucho, se la cuentas a tu terapeuta o al cura (según el caso). 

Son tus sueños, tus miedos y tus pensamientos más profundos. 

En ocasiones, llevamos parte de la vida secreta a la vida privada. Por ejemplo: una infidelidad no debería salir de la vida secreta. Pero, en ocasiones y por distintos motivos, lo contamos a parte de nuestra vida privada. En ese momento perdemos su control, por mucho que sea nuestra mejor amiga.

En la vida secreta no quieres vender ni que te compren. Quieres aceptarte, gustarte y quererte tal y como eres. 

Y es que el trabajo de conocerse dura toda una vida, no hay otra forma.