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¿Qué te impide conseguir antes de tiempo lo que habías pensado para dentro de un año o dos?

EL TIEMPO ES RELATIVO

Muchas veces nos ponemos el tiempo como excusa para no tener que admitir que no estamos lo suficientemente cualificados para hacer aquello que deseamos.

Quizás te haya pasado con un examen o con una oposición. Cuando fijan la fecha piensas que es tan lejana que te va a sobrar el tiempo.

Y, aunque hayas podido tener dos años para prepararte el examen o la oposición, cuando llegan los últimos seis meses, es cuando te pones a tope con ello. 

Lo que haces, en realidad, es comprimir el tiempo y utilizar los espacios “pomodoro” para darlo todo.

¿HAS DICHO “POMODORO”?

Los espacios “pomodoro” son una fracción de tiempo en el que pones todo tu foco, sin ninguna distracción, para la realización de una tarea determinada.

Lo más recomendable es que esos espacios sean de unos 20-25 minutos. Después de terminar con uno de los espacios “pomodoro” hay que descansar durante 5 minutos, antes de comenzar con un nuevo espacio “pomodoro”.

EL MALDITO SÍNDROME DEL IMPOSTOR

Es posible que te asalten pensamientos de falta de preparación y el síndrome del impostor se materialice dentro de ti con reflexiones como: “¿a quién le voy a enseñar yo si todavía no sé tanto como creo?…ya lo haré cuando esté más preparado o preparada”.

Nunca vas a sentir que es suficiente y siempre vas a querer saber un “poquito más” sobre algo. Y eso está bien porque está en coherencia con tu idea de crecimiento y mejora continua.

Pero eso no debe implicar que te quedes parado eternamente sin hacer nada ni dar nada a los demás. ¿Te recuerdo lo de “mejor hecho que perfecto”?

Vas a tener la tentación de postergar su realización hasta que se cumplan una serie de condiciones. Condiciones que no son más que excusas y miedos disfrazados que pretenden justificar tu falta de preparación.

La vida es una secuencia de “y sis” que van a tentarte para evitar que sigas avanzando. 

Es tu responsabilidad plantarte y decidir lo que te toca hacer en cada momento. Porque la vida puede darte un vuelco en cualquier instante y en cualquier ámbito.

Sólo tienes que preocuparte de saber lo que quieres hacer para poder llevarlo a cabo sin esperar a que los astros se alineen perfectamente. Nunca vas a encontrar todos los semáforos en verde a la vez.

DISCIPLINA

La clave para conseguirlo está en la autodisciplina. Cuando sabes lo que quieres y que, eso que quieres es beneficioso para ti, debes de establecer un compromiso contigo mismo para llevarlo a cabo todos los días.

Y da igual cuáles sean las circunstancias que concurran en cada momento, tienes que cambiar el chip si es necesario y ponerte a realizar la actividad con la que te comprometiste.

Nos hemos acostumbrado tanto a tener un jefe que nos mande lo que tenemos que hacer en cada momento que, cuando nos toca convertirnos en nuestros propios jefes, sentimos que no sabemos mandarnos a nosotros mismos.

¿Qué pasaría si, todos los días durante seis meses, hicieses durante un ratito aquello que te apasiona?

No te pongas más excusas y pasa a la acción. Sin dejar para mañana lo que puedas arrancar hoy mismo.