Inviven

Me da igual cómo lo llames: Dios, destino, Universo…pero la realidad es que está demasiado ocupado con todo lo que tiene que hacer en el mundo como para tener que encargarse también de ti. 

EL UNIVERSO NO LO SABE

No es cuestión de dejar que el Universo te provea, así sin más o por cuestiones de magia o de destino. Tu destino lo marcan tus actitudes y tus acciones.

Ese tipo de argumentos son muy vistosas para el cine y la televisión pero, reconozcámoslo: no se dan en la vida real; en el mundo real no lanzas una moneda y tu destino se cumple; no te sientas a esperar a que tu príncipe azul te venga a rescatar de una vida que no te gusta.

El Universo no lo sabe todo por lo que es muy probable que no tenga ni idea de cómo te va a ir en una relación de pareja o en un trabajo.

Si tú quieres algo, vas a tener que mover el culo, poner tu foco en ello y dirigirte hacia tu meta. No le dejes al azar, al destino o al Universo que te solucionen la papeleta. 

Porque lo más probable es que eso no vaya a suceder y termines cayendo en el victimismo y las quejas perennes: “la culpa de que las cosas no me salgan bien es del Universo y punto”.

ABUNDANCIA BIEN ENTENDIDA

La ley de la abundancia está muy bien y yo creo en ella: en que, si tú das vas a recibir mucho más. Pero hay que entenderla bien. Se trata de dar y no de esperar a que otro te de primero. Se trata de dar el primer paso a la hora de entregar valor al mundo.

El Universo está ahí, dispuesto a ofrecerte lo máximo. Pero tienes que mover el culo y salir a buscarlo; no esperar sentado a que te llegue sin más.

Al Universo rogando pero con el mazo dando, ¿eh?

LA SUERTE ES ACTITUD

No eres una marioneta movida por unos misteriosos hilos controlados por el capricho del destino. La suerte no existe, cada uno buscamos nuestra propia suerte.

Cuando tienes envidia por la suerte de alguna persona que conoces, y piensas que todo lo que tiene le ha venido como caído del cielo porque sí, te estás confundiendo.

Donde la mayoría de la gente sólo es capaz de ver al azar o al destino, casi siempre hay muchas horas de entrega y de dedicación, de sacrificios invisibles.

Nadie regala nada a nadie. Eso es una verdad que siempre se cumple y que debes aceptar cuanto antes.

LA VOZ DE LA EXPERIENCIA

Cuando lees, recibes todas las horas de experiencia que alguien ha dedicado en el tema en cuestión y que se transforman en texto.

Es mucho más sencillo aprovecharse de que esa experiencia ya está “exprimida” o “comprimida” en unas cuantas páginas.

Puedes aprovechar esta circunstancia para no tener que empezar siempre de cero. Pero lo tienes que hacer tú, no dejarlo en manos del Universo para que lo haga por ti.

De la espera no vas a obtener nada. Así que deja de quejarte y de hacerte la víctima y pasa a la acción: propicia que ocurra lo que deseas.