Me suena. Durante unos años de mi vida me convencí que todo era perfecto y que no tenía derecho a quejarme.
Tenía el trabajo que siempre había soñado: desde pequeñita había querido ser médico y, hasta entonces, no había tenido ni un día de paro.
Tenía el respeto profesional de mis compañeros, un piso y una familia. Había comprado el prototipo de vida que socialmente era perfecta, mas a mí me faltaba algo.
Hacía muchísimas cosas, muchísimas. Sin embargo pocas o casi ninguna las hacía por y para mi. Y claro como dirían mis hijos “peté”. Estaba más irritada, me enfadaba por la mínima, siempre estaba cansada… en pocas palabras: perdí la ilusión.
Siempre había sido alegre, apasionada, me movía por la vida por lo que me hacía palpitar pero en esos momentos sentía que ya no era así.
Tuvo que frenarme la vida. Con un bebé de 10 meses me llevé un susto muy gordo. Comencé con un intenso dolor de cabeza que no cedía con nada. Lloraba por el dolor, hasta que no pude más y me llevaron al hospital. Y allí la noticia que no podía esperarme: “Tienes meningitis y hay que ingresarte”. En ese momento sentí que podía perder todo lo que para mí era prioritario en la vida. Fueron unos días sin ver a mi bebé, los suficientes para que me aclarase y me dijera: “esta no es la vida que yo quiero, quizás la quieran otros, pero no yo”
No me conforme y cambié, vaya si cambié.
Empecé a trabajar primero en mí, en mis tripas, en mis miedos, en mis límites, esos que todos tenemos y que nos dan vergüenza reconocer. Estaba claro, ahí estaba mi solución: en mirar dentro de mí y dejar de mirar fuera culpando a otros (jefes, familia, amigos…). De eso nada
Aprovechaba cada formación que hacía, cada libro que leía para romper un miedo y, sobre todo, reforzar más cada una de mis fortalezas.
No fue fácil. Supe en cada momento que, si quería algo de verdad, si quería ser yo, no había otro camino.
No te voy a mentir: he perdido mucha gente por el camino. Personas que eran tóxicas en mi vida y que no me dejaban avanzar. Parecían ser mis amigos y sin embargo, les aterraba que yo creciera y siguiera hacia delante.
En cambio, he encontrado gente maravillosa. Personas que te recargan las pilas con sólo acercarte; personas que se responsabilizan de sus actos y no culpan al resto.
Y ahora, después de ayudarme a mí la primera, y a más de mil clientes en la terapia durante los últimos 15 años, sé que, si quieres, puedes.
Empecé a crear formaciones online atípicas, donde no valía tan sólo con escuchar sin más.
¡Aquí no hay ninguna varita mágica, no la busques!
Cada formación está compuesta por pequeñas lecciones (como “minipíldoras”) donde, de forma muy clara, te explico qué tienes que hacer y, sobre todo, cómo tienes que hacerlo para conseguir aquello que siempre has querido en la vida.
Cada curso te ayudará en las cuatro facetas importantes de tu vida: trabajarás en tu desarrollo personal, tu desarrollo profesional, tu crecimiento de pareja y en tus creencias limitantes.
Vamos, que vas a trabajar a fondo y con responsabilidad.
Quiero ayudarte a alcanzar tu mejor versión en el ámbito personal, profesional y de relación de pareja. Si quieres conocerme un poco más pulsa en el botón debajo de mi foto…
Léelos a ellos: gente corriente como tú que se atrevió a apostar por ellos y que, hoy en día, ya son parte de la tribu INVIVEN.
Ellos no se pusieron ninguna excusa. Las excusas sólo roban tiempo y dinero. Tiempo que no tienes, ya que nadie sabe cuándo se va a morir; y en cuanto al dinero: no sólo hay que tener en cuenta el que pierdes, sino también el que no ganas.
Tienes un periodo de prueba de 15 días totalmente gratuito para que lo compruebes.
Por eso REGÁLATE 15 días comprometiéndote de verdad: escucha las lecciones, participa en el grupo de Telegram, entra en los Webinar de los jueves…
Eso sí, te lo decía antes. No es cuestión de Magia, no.
Quizás tu “Pepito Grillo”, esa vocecita que todos tenemos en el interior, te esté diciendo: “no tienes tiempo, déjate de bobadas, vas a pagar como en el gimnasio y no vas a hacer nada, te está comiendo el coco pero no verás resultados…”
Forma parte del Espacio INVIVEN: un espacio donde romper tus creencias limitantes y crecer en tu desarrollo personal, profesional y de pareja por sólo 75€ al mes, mucho menos de lo que te cuesta una hora de terapia.
Si otros ya han podido, tú también podrás. Así que mueve el culo y compruébalo por ti mismo.