Instructores de vivencias en positivo
Diana Gutiérrez es comunicadora desde hace más de 20 años. Es curiosa por naturaleza y transforma a la gente que tiene alrededor con su risa y su alegría. Es una persona observadora, leal y llena de ganas de vivir. Además, es la mitad del “Dúo Sacaputas”.
Hablar no es, ni de lejos, lo mismo que comunicar. Y mucho menos que “dar el coñazo”. Hablar es emitir una serie de sonidos que no tiene por qué tener un significado. Es un proceso mecánico.
Comunicar implica generar algún tipo de reacción en la persona que escucha lo que dices. La comunicación debe ser inspiración. Y, para ello, debes de conocerte muy bien a ti mism@ primero.
Si no sabes cómo eres o para qué estás en este mundo: cuál es tu misión, es muy difícil que consigas trasladar nada al resto de la gente.
Una de las formas de comunicación es la interior: las cosas que nos decimos a nosotros mismos es una parte muy importante de cómo somos y nos construimos…y no siempre para bien. Más bien, pocas veces para bien.
Muchas personas han desconectado de su verdadera esencia y de sus emociones. La evolución de las formas de comunicación actuales nos hacen más difícil poder trasladar mensajes importantes, que tengan un fondo y dejen un poso, con trascendencia y sentido.
Disponemos de un sinfín de herramientas para la comunicación y un número exagerado de mensajes que nos llegan a cualquier hora del día; sin embargo, nos comunicamos peor que nunca.
La base de la comunicación actual es muy curiosa: se nos dan opciones para comunicarnos muy rápido y llegar hasta el último rincón del planeta pero siempre de una forma “oculta” o “anónima”. Lo que supone una barrera que dificulta mucho la comunicación.
Todo el mundo comunica, eso es algo evidente. Sin embargo, no nos suele parecer tan evidente que todo el mundo deba aprender a comunicar bien cuando es algo indispensable para desenvolverse en el mundo actual.
Porque, si no nos comunicamos por miedo al qué dirán o a no sentirnos preparados para poder expresar lo que tenemos que comunicar a otras personas, nos estamos perdiendo una parte importante de la vida.
Entre estas personas que les cuesta comunicarse, encontramos dos perfiles distintos: el tímido y el introvertido.
El tímido es una persona que, por más que quiera participar en las conversaciones, sus miedos interiores les va a mantener un paso atrás con una gran cantidad de frustración.
La persona introvertida no participa habitualmente porque no quiere; pero no le preocupa lo más mínimo ni le genera ningún tipo de frustración. Disfrutan mucho más de la observación. Sin embargo, sus escasas intervenciones tienen un gran peso.
Por este motivo, no debemos apremiar a todo el mundo a convertirse en grandes comunicadores ni en personas muy sociales si están a gusto en su rol.
Para llegar a ser un buen comunicador es indispensable saber escuchar bien, ya que es una parte fundamental de la comunicación.
También lleva aparejado un trabajo indispensable en desarrollo personal. Todo nosotros comunica, no sólo nuestras palabras. Por eso, debemos conocer muy bien quiénes somos y hacia dónde vamos.
Si no lo tenemos bien trabajado, nuestra autoestima se va a resentir y se va a notar en nuestra comunicación. No se puede desligar el trabajo para conseguir herramientas para comunicar mejor del trabajo en desarrollo personal.
Porque una buena comunicación es vital para la salud de las relaciones interpersonales. Sobre todo, en relaciones de pareja y en relaciones entre padres e hijos.
Un simple gesto mal entendido o un tono de voz que no acompaña al contenido de lo dicho, puede generar interferencias que desemboquen en un conflicto entre dos personas.
Otro de los problemas de la comunicación humana es la falta de empatía: el no ser capaz de ponernos en los zapatos del otro a la hora de comunicar. La empatía supone otorgar tu tiempo para la escucha. Y manejar el silencio…
El silencio es algo que molesta a muchas personas cuando mantienen una conversación. Pero es un tiempo muy importante para que el otro asimile tu mensaje. Y viceversa.
En resumen, si no sabes comunicar en el mundo actual, eres invisible.
Apúntate a este café para comunicarte mejor y hacerte más visible.
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