Instructores de vivencias en positivo
Ángel Fernández es médico, neurólogo y especialista en trastornos del sueño. Viene al café dispuesto a conseguir que empieces a dormir mejor.
Cuando no dormimos lo que tenemos que dormir nuestra concentración se ve mermada y nuestras decisiones empiezan a basarse más en la emocionalidad y en la impulsividad que en la racionalidad.
No todo el mundo necesita dormir la misma cantidad de horas. Cada uno tiene que dormir lo que le permita encontrarse bien para realizar las actividades del día siguiente.
El autoconocimiento en este tema es, como en otros tantos, imprescindible de cara a mejorar su rendimiento. Tenemos que convertirnos en expertos de nuestro sueño.
Generalizando mucho, hay predisposiciones distintas de horarios según sean las personas: personas más diurnas y madrugadoras, las gallinas; y personas más nocturnas y trasnochadoras, los murciélagos.
Sin embargo, esos ritmos de sueño que todos tenemos impregnados, pueden ser modificados por los hábitos que adoptemos.
De manera que podemos concluir que nuestro sueño es una mezcla de genética y hábitos adquiridos o aprendidos.
Para poder modificar nuestro hábito de sueño deberemos primero identificar el que estamos realizando y si es el más adecuado o no para nosotros.
El primer mito que debemos romper es el de que todo el mundo necesita dormir ocho horas.
El segundo es el de irse a la cama para ver si cogemos el sueño. El sueño no se coge; el sueño viene, cuando quiere.
Quedarse en la cama si no consigues dormir no parece una buena estrategia.
Y, al revés: existe la presión del sueño que lo hace inevitable, como cuando existe una rendija en la pared de una presa repleta de agua.
En esos momentos, puede que realicemos actividades motoras con la conciencia al mínimo de manera que podemos llegar a no recordar lo que hemos hecho.
Hay otros muchos mitos acerca del sueño que son más falsos que un billete de tres euros. Como por ejemplo que el ejercicio extenuante te ayuda a dormir mejor, si consigues superar los dolores musculares; o que tomando un par de copas ayudas a pegar mejor el ojo, cuando todos tenemos experiencias enólicas que nos indican lo contrario.
La melatonina es una hormona cuyos niveles comienzan a aumentar sobre las ocho de la tarde como respuesta a estímulos que le manda la retina según los niveles de luminosidad. Estos niveles altos de melatonina actúan como un marcador que te indica que en unas horas te va a llegar el sueño.
En casos en los que la luminosidad es mayor, la retina no manda dichas señales y la melatonina no se libera de la misma manera, con el consiguiente retraso de la sensación de sueño.
Tenemos una especie de memoria no completamente consciente sino que durante las transiciones vigilia-sueño podemos llegar a retener cierto grado de información que se nos presente.
Y, ante el estímulo adecuado, podríamos llegar a recuperar de forma consciente parte de esa información.
Apúntate a este café y conoce cómo mejorar la calidad de tu sueño.
Será un placer acompañarte desde la Tribu “INVIVEN”. Recuerda que, si no quieres conformarte con las migajas, puedes matricularte en la formación online “INVIVEN “(Instructores de Vivencias en Positivo) que cuenta con el aval de la Universidad Europea Miguel de Cervantes.
Muchísimas gracias por estar ahí. Si te ha gustado, me encantará que des al “me gusta” y que te suscribas al canal para que no te pierdas ninguna novedad.
Muchas gracias por compartir y recomendar este podcast y nuestras formaciones a todos aquellos a quienes creas que puede ayudarles. Ya sabes que puedes encontrarlas todas ellas en la nueva Academia online «Rosa Montaña».
No olvides que puedes encontrarme en www.rosamontana.com o en rosa@rosamontana.com
También en el podcast “Lo que siempre quisiste saber”, donde hablamos de sexo y de relaciones de pareja sin pelos en la lengua.
Muchas gracias.