Inviven

Ángel Rielo es feliciólogo y se autodefine como “sintiente”. Nadie mejor que él para explicarnos cómo poner a la tristeza de “patitas en la calle”.

LA VACUNA DE LA RISA

“Que la vida merezca la risa” significa que puedes darle una vuelta tuerca a todo lo que te suceda en la vida para tomártelo a risa.

Que no es lo mismo que tomárselo a broma, no conviene confundir los términos.

La risa es medicina para el alma (y para el cuerpo) ya que tiene una gran capacidad de sanación. 

Con la risa consigues generar una cantidad enorme de endorfinas que son capaces de producir un cambio radical en tu humor.

Y es que, al contrario de lo que se piensa por ahí, no hace falta sufrir para aprender y se puede hacer desde el divertimento. 

LA RISA DE LOS NIÑOS

Los niños se ríen a todas horas, es su estado natural. Cuando se enfadan es el reflejo de su ego que está empezando a crecer dentro de ellos. Pero se les pasa enseguida porque aún su ego no ha echado raíces.

Los adultos sólo se ríen por un motivo bien justificado y argumentado; no se ríen porque sí, como hacen los niños.

Como nadie nos ha enseñado a educar a nuestros hijos, lo hacemos lo mejor que podemos con las herramientas que tenemos.

Ni siquiera en los colegios, donde se suele enseñar mucha disciplina y conocimientos pero poca gestión de emociones.

Sin embargo, ahora ya disponemos del conocimiento suficiente para poder enseñar a los padres cómo realizar esta labor tan indispensable.

APRENDER A SER FELIZ

Y es que el aprendizaje es vital a la hora de aportar un significado a los hechos.

Los hechos son neutros y nosotros les damos el significado que hayamos aprendido. Lo que creemos, así lo creamos.

Una de las cosas más importantes a aprender para llegar a ser feliz es no dar ninguna importancia a lo que los demás opinen, con la máxima de que nada es personal.

Las opiniones no son tan importantes como nos imaginamos o como nos quieren hacer creer.

Criticar y juzgar no son actitudes sanas porque nos conectan con la parte de energía más baja de nosotros mismos. 

DECIDIR SER FELIZ

Saber que uno es dueño de sus propias decisiones te permite vivir sin estar condicionado a los demás. Ya sabes: mejor pedir perdón que permiso.

Cuando tomas una decisión, te permites ser tú y te liberas de una pesada carga: aquella que estaba dentro de ti impidiéndote ser tú.

El cielo está dentro de uno y el infierno en el exterior. Lo que pasa es que hay gente que se mete el infierno dentro porque vive dentro como la vida que se está viviendo fuera.

Apúntate a este café y encuentra la vida que merece la risa vivir.